Para una mujer es duro seguir sola pasados los 50. (…) Antes de conocerla, me había convertido en una mujer amargada que se lamentaba de su suerte. Una noche recibí un e-mail suyo y sucedió algo mágico… Leyendo sus palabras recuperé la esperanza. Por suerte para mí, respondí. (…) Gracias, Angela, por todo lo que ha hecho por mí. No me olvido de rezar por usted cada noche, igual que rezo a los ángeles para que toda esta felicidad que me han concedido dure mucho tiempo.

Mi destino ha cambiado. Hoy me miran con respeto y mis padres, por primera vez en la vida, me han dicho: ‘hijo, estamos orgullosos de ti’. Gracias, Angela, a usted y a los ángeles, han cambiado mi vida para siempre.

Nunca podré demostrarle todo mi agradecimiento por todo lo que usted ha hecho por mí, por todo lo que los ángeles han hecho por mí. Usted es la mensajera de los ángeles y rezo por usted cada día. Gracias de todo corazón.

He conocido a una persona influyente que me ha permitido tener un empleo muy bien pagado que soluciona todos mis problemas económicos.