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¡A bailar!

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Los beneficios del baile

El baile puede ser un medio extraordinario para desarrollarse a nivel personal y fortalecer sus relaciones con los demás. También es una excelente actividad para el cuerpo y la mente. He aquí algunos consejos para sacar el máximo provecho del baile, ¡incluso a nivel espiritual!


¡Baile en su salón o practique “bailes de salón”!


Antes que nada, quiero aclarar una cosa: cuando hablo de baile, no me refiero a ir a bailar por la noche en un lugar ruidoso que deja medio sordo y donde casi no se puede hablar (pese a que se considere una forma de danza ya que se mueve el cuerpo).

Evidentemente, si le gusta, puede ir a discotecas para divertirse. Pero debe saber no reforzará su cuerpo de esta manera, ¡e incluso menos su mente o su alma!

Si quiere “matar tres pájaros de un solo tiro”, es decir mantener un cuerpo firme, tener una mente activa y cultivar una hermosa alma, le aconsejo más bien practicar esta disciplina en un lugar tranquilo y relajante. Ponga una música melodiosa que no sea agresiva y baile a su ritmo.

Para ello, puede entrenarse en su salón, o mejor aún, practicar “bailes de salón”.  Inscríbase en una asociación, un club o un círculo especializado en el que le acompañará un profesor y donde conocerá a compañeros de baile.

Si consideramos el baile un medio de desarrollo personal, no sirve de nada moverse de manera desordenada con cualquier sonido de música. Aprenda más bien a llevar el ritmo y practique mucho.

Si le gusta bailar músicas en particular pero que no tiene ninguna técnica y que sus movimientos no son precisos, hará ejercicio y se cansará físicamente, ¡pero es el único beneficio que sacará!


Bailar para mejorarse


¡Escoja más bien bailes en pareja porque le permitirán crear, mantener y fortalecer relaciones amistosas y sociales, unidas por una misma pasión!

Le aconsejo tomar clases de baile. Pueden ser sesiones particulares o clases colectivas, que cuestan menos.

Siempre debe empezar con calentar. Luego, acelere poco a poco y mantenga una cierta fluidez en los movimientos.

Después del calentamiento, aumente progresivamente la intensidad de sus sesiones. No empiece inmediatamente con ritmos desenfrenados durante horas. ¡Mida sus esfuerzos para evitar las heridas musculares y/o que le falte el aire!

Si baila regularmente, es decir entre treinta y cuarenta y cinco minutos cada dos o tres días, no debería tardar en observar cambios significativos en su cuerpo y en su estado de ánimo.

El baile es una excelente actividad que se sustituye provechosamente a la práctica del deporte con beneficios ciertos para el cuerpo y la mente. Si quiere vivir más años y con calidad, ¡baile!  

Una práctica regular le permitirá tener una salud de hierro, un cuerpo firme y fuerte y se sentirá permanentemente de buen humor. De este modo, se encontrará en las mejores condiciones para abrir su mente y elevarse espiritualmente.